Idioma original: Español
Año de publicación: 1876
Valoración: Recomendable / ****
“Pueblo chico, infierno grande”. Al principio me pareció que esta novela, una de las primeras de Galdós, giraba en torno a esta idea o refrán –No en el sentido estrecho que muchos le atribuyen a la frase, relacionado sólo con los chismes, habladurías o cotilleo que hay en poblaciones pequeñas, lo que considero impreciso, sino en el sentido más amplio que incluye el chisme pero además la estrechez de miras de la gente, la falta de privacidad y la intensidad de las relaciones interpersonales. Los pueblos, en apariencia lugares apacibles, están en realidad llenos de conflictos y dificultades. Quizá esta novela es una de las primeras de la historia en tratar este tema.
José de Rey es un joven ingeniero que viaja a la pequeña ciudad de Orbajosa de donde eran su padre y su madre (el autor nos aclara enseguida que es un lugar inventado con una población de 7,324 habitantes y que en la novela es considerada la capital española del ajo). Va con la idea de casarse con su prima Rosario, a quien apenas recuerda de la infancia. La madre de ella, Doña Perfecta, una viuda más o menos adinerada, ha acordado el matrimonio con el padre de él, un abogado que vive en Madrid, con el fin de mantener el patrimonio de la familia. A Pepe Rey no le parece mala la idea: le apetece alejarse del bullicio de Madrid y vivir una vida tranquila en provincia; le han dicho que su prima es bonita y agradable, y piensa que puede dedicarse en Orbajosa a administrar las tierras que le heredó su madre y a trabajar como ingeniero encargado de obras públicas en la región.
Pero nada más llegar, Pepe comienza a tener desavenencias con los pobladores –particularmente con los cercanos a su tía, como el sacerdote don Inocencio, y muy pronto con su propia tía también. Las desavenencias inician por las opuestas formas de pensar: el señor penitenciario y doña Perfecta son conservadores, naturalmente religiosos, y a pesar de lo que dicen de dientes para afuera, ven con suspicacia a Pepe, a quien consideran un engreído y un pedante. Muy pronto, el joven Rey es además objeto de pleitos legales por parte de los hipócritas pobladores, que quieren aprovecharse del abandono de las tierras de su madre. Sin embargo, Pepe y Rosario se enamoran, y entonces el joven ingeniero decide –además picado en su orgullo– enfrentarse al pueblo.
Galdós narra cómo el conflicto va creciendo. Y en primer plano se nos presenta la hipocresía de los pobladores, que empiezan a hablar pestes del recién llegado y lo miran con menosprecio a partir de su propia ignorancia y prejuicios. Bajo una especie de «efecto Dunning-Kruger» de los pueblos, los habitantes de Orbajosa parecen saber tan poco, “son tan enanos” (como los describe en algún momento Galdós), que se creen superiores al recién llegado, quien por cierto no carece a su vez de defectos como la arrogancia, la ingenuidad y cierta falta de tacto.
La novela traza aquí el conflicto entre mentalidades: una que algunos llaman “moderna” y otra, “feudal” (o medieval). Pepe Rey es liberal; los pobladores de Orbajosa son conservadores o reaccionarios. En este punto, la novela me hizo pensar que si bien no se trata por supuesto de la única causa del liberalismo surgido en Europa en los siglos XVIII y XIX, sí debe haber una posible relación entre esos ideales y el auge de las grandes urbes en esa época. El afán de anonimato de los individuos en las ciudades pudo coadyuvar al éxito de las ideas liberales y, por ende, al surgimiento de la modernidad. No ocurrió así en los pueblos, donde ese anonimato era a todas luces imposible.
Ciertamente, Galdós narra el conflicto entre liberalismo y conservadurismo, y no oculta el autor su propio sentimiento liberal. Pero se narra también el conflicto entre religión y librepensamiento, y se hace una crítica a la intransigencia religiosa de la época, sobre todo en la figura del presbítero.
De cualquier forma, los pequeños pueblos no dejan de ser infiernos más allá de una guerra entre mentalidades, y me parece que esa es la idea central que prevalece en la obra. Los pobladores conspiran contra Pepe; le ocultan y destruyen cartas que recibe por correo desde Madrid; planean darle un susto o francamente hacerle daño; le hacen perder su empleo como ingeniero regional.
Llegó el punto en que pensé ¿por qué llamarle a la novela Doña Perfecta y no Orbajosa? Bueno, quizá sea un poco arbitrario de cualquier manera, pero al final se revela la enorme influencia de la viuda en el pueblo, no menor que su odio, el cual crece hasta nublarle completamente la razón. Y todo termina en tragedia. Así, la obra, como ya se mencionó, es una crítica a la hipocresía: «es cuanto podemos decir de las personas malas que parecen buenas y no lo son».
Es una novela de gran influencia en el mundo hispano. Ignoro si sigue siendo lectura obligada en las escuelas, pero en alguna época durante el siglo XX lo fue. Creo que influyó a varios novelistas latinoamericanos (me recuerda algunas novelas de Jorge Ibargüengoitia, por ejemplo, cuando escribió de pueblos igual de ficticios y de conservadores; alegorías del México profundo así como Orbajosa lo es de la España profunda). Hay una versión teatral adaptada por el propio Galdós. También hay dos películas famosas basadas en la novela: una mexicana de 1950 y otra española de 1977.